lunes, 1 de julio de 2013

Normalidad

Normal se define como el promedio, lo aceptable, aquello que no resalta significativamente, lo cotidiano.

Nos enfrentamos todo los días a la normalidad, a seguir el conjunto de reglas y normas que enmarcan o definen lo que es ser normal. El sentido de lo que es normal puede variar en función de nuestra edad, religión, ubicación geográfica, cultura, generación entre otros.
Sin duda no les descubriré el hilo negro, ni tratare de algo que no se hayan dado cuenta.
El sentido de normalidad nos puede hacer sentir parte de un grupo o completamente excluidos.

En algún momento hemos pertenecido al segundo grupo, el sentirnos excluidos, rechazados y señalados.
Bajo el argumento de la moral, la normalidad haya cierto sustento ¿por qué? Por que en cierto sentido la normalidad es subjetiva, y por ende peligrosa.
Se nos cría con cientos de miles de mensajes que sugieren el llamemoslo "dogma de la normalidad", reglas, normas y estereotipos que nos definen como personas normales pertenecientes a una sociedad "normal".
Lo podemos apreciar en los lineamientos que nos imponen familiares, maestros, adultos en general, medios de comunicación.. etc.
Sin embargo, si analizamos un poco, nos daremos cuenta de la trampa que implica la normalidad, que lo "normal" no es sinónimo de "correcto", "moral" o siquiera "legal".
Lo más triste del asunto es que se nos inculca el hecho de que es perfectamente normal rechazar, ignorar e incluso atacar los que nos resulte extraño o diferente.Alguna vez me plantee el efecto que puede causar en los niños los juegos de "busca las diferencias".
El efecto que causa incluso los mensajes que nos vienen desde los diferentes medios de comunicación, que incluso pueden resultar contradictorios. Por ejemplo en algunos medios encontramos que la practica del "bulling" no es normal y debe combatirse, y por otro lado de manera sutil se nos da el mensaje que burlase de alguien y que agredirlo y satirizar es perfectamente normal. Quizás esto no lo habían tomado tan en cuenta. Como este hay muchos ejemplos, y es cuestión de ser analíticos y ver más allá de los que se nos inculca, ver más allá de los mensajes con los que se nos bombardea a diario.
Hay costumbres que vale la pena mantener, hay valores y códigos que vale la pena conservar. Pero siempre ten en cuenta que lo normal no siempre es lo ideal, ni tampoco lo correcto.


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