viernes, 9 de noviembre de 2012

Mujer de humo


Llegaste una noche tierna ladrona,
que tomo la sabia decisión de llevarse
mis esperanzas, mis sueños e ilusiones
Sabias que podía vivir sin ellos, excepto cuando no
excepto cuando este cuerpo se rinde
a las tristezas y las penas,
es entonces que vuelves y me compartes de
esa alergia y esperanza que una noche me robaste
No me dejas caer, pero tampoco me permites volar,
no me dejas vivir libre pues te has llevado
una parte importante de mi
Tú, mujer de humo ¿que precisas de mi?
si ya tienes todas mis esperanzas puestas
en ti, en que regresaras y me harás sonreír una vez más.
¿requieres mi yo real? gracias a ti no estoy seguro
de lo que puedo ser capaz.
Te disuelves tan rápidamente en el aire,
que me resulta imposible reconocerte,
gustas también de cambiar de nombre tan seguido
que ya no se quien eres
Solo me queda la certeza de que
cuando consideres necesario volverías,
volverías y me harás sonreír, una vez más,
me sacudirías el polvo y me dirías que todo estará bien.
Quizá mi dulce ladrona,
olvidaste robarme una ultima
esperanza, una ultima ilusión
La ilusión de que volverás,
la esperanza de que algún día a mi lado te quedaras.

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